¿Cómo fue la transición española?
El franquismo: autarquía
Economía durante la autoarquía franquista
Segunda República Española
La Transición
española es el período de la historia
contemporánea de España en el que se llevó a cabo el proceso por el que el país
dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y pasó a regirse
por una Constitución que instauraba un Estado social y democrático de derecho.
Dicha fase constituye la primera etapa del reinado de Juan Carlos I.
Existe cierto
consenso en situar el inicio de la transición en la muerte del general Franco,
el 20 de noviembre de 1975, tras la cual el denominado Consejo de Regencia
asumió, de forma transitoria, las funciones de la jefatura del Estado hasta el
22 de noviembre, fecha en la que fue proclamado rey ante las Cortes y el
Consejo del Reino Juan Carlos I de Borbón, que había sido designado seis años
antes por Franco como su sucesor «a título de rey».
El rey confirmó
en su puesto al presidente del Gobierno del régimen franquista, Carlos Arias
Navarro. No obstante, pronto se manifestaría la dificultad de llevar a cabo
reformas políticas bajo su gobierno, lo que produciría un distanciamiento cada
vez mayor entre Arias Navarro y Juan Carlos I. Finalmente el rey le exigió la
dimisión el 1 de julio de 1976 y Arias Navarro se la presentó. Le sustituyó
Adolfo Suárez, quien se encargaría de entablar las conversaciones con los
principales líderes de los diferentes partidos políticos de la oposición
democrática y fuerzas sociales, más o menos legales o toleradas, de cara a
instaurar un régimen democrático en España.
El camino
utilizado fue la elaboración de una nueva Ley Fundamental, la octava, la Ley
para la Reforma Política que, no sin tensiones, fue finalmente aprobada por las
Cortes franquistas y sometida a referéndum el día 15 de diciembre de 1976. Como
consecuencia de su aprobación por el pueblo español, esta ley se promulgó el 4
de enero de 1977. Esta norma contenía la derogación tácita del sistema político
franquista en solo cinco artículos y una convocatoria de elecciones
democráticas.
Las elecciones se
celebraron finalmente el día 15 de junio de 1977. Eran las primeras desde la
Guerra Civil. La coalición Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por
Adolfo Suárez, resultó la candidatura más votada aunque no alcanzó la mayoría
absoluta y fue la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comenzó
el proceso de construcción de la democracia en España y de la redacción de una
nueva constitución. El 6 de diciembre de 1978 se ratificó en referéndum la
Constitución española, entrando en vigor el 29 de diciembre.
A principios de
1981 dimitió Adolfo Suárez debido, entre otras razones, al distanciamiento con
el monarca y a las presiones internas de su partido. Durante la celebración de
la votación en el Congreso de los Diputados para elegir como sucesor a Leopoldo
Calvo-Sotelo se produjo el golpe de Estado dirigido por el teniente coronel
Antonio Tejero, el general Alfonso Armada y el teniente general Jaime Miláns del
Bosch, entre otros. El golpe, conocido como 23-F, fracasó gracias a que el rey
no lo respaldó.
Las tensiones
internas de UCD provocarían su desintegración a lo largo de 1981 y 1982,
llegando finalmente a disolverse en 1983. El segmento democristiano terminaría
integrándose en Alianza Popular, pasando así a ocupar la franja del
centroderecha. Por otro lado, los miembros más cercanos a la socialdemocracia
se unirían a las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Mientras,
el expresidente Suárez y un grupo de disidentes de UCD iniciaron un nuevo
proyecto político centrista que mantendría representación parlamentaria en el
Congreso hasta las elecciones de 1993, el Centro Democrático y Social.
El PSOE sucedió a
la UCD tras obtener la mayoría absoluta en los comicios del 82, ocupando 202 de
los 350 escaños, y comenzando así la ii legislatura democrática. Por primera
vez desde las elecciones generales de 1936, un partido considerado de
izquierdas o progresista iba a formar gobierno. La mayoría de los historiadores
sitúan en este acontecimiento el final de la Transición, aunque alguno lo
prolonga al 1 de enero de 1986, cuando se produjo la entrada de España en la
Comunidad Europea.
Durante la
transición tuvieron lugar varios centenares de muertes, tanto a manos de grupos
terroristas de extrema izquierda, principalmente Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y
los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO),3 como por
ataques de grupos terroristas de extrema derecha; otros perecieron a causa de la
intervención de las fuerzas del orden público. Las investigaciones al respecto
sitúan el número de víctimas mortales en un intervalo de 500 a 700 personas
(entre 1975 y los primeros años de la década de los 80), la inmensa mayoría
fruto de atentados terroristas, destacando la banda armada ETA, que fue
directamente responsable de bastante más de la mitad de las muertes.
El franquismo: autarquía
Economía durante la autoarquía franquista
La economía de España durante el periodo de autarquía describe
el periodo de crisis económica casi permanente que sufrió España desde
el final de la Guerra Civil hasta los años cincuenta, caracterizado por una
larga y profunda depresión económica, que conllevó un grave deterioro de las
condiciones de vida de los ciudadanos, el crecimiento de la miseria, el mercado
negro y que supuso el retroceso más grave en los niveles de bienestar de la
población en los últimos 150 años de historia.1 Las
directrices de la política económica siguieron unas pautas de carácter
autárquico, en un ambiente de aislamiento internacional.
La economía de España
durante la era franquista se puede dividir en un primer periodo de autarquía y
aislamiento que comprende los años que transcurren desde 1939, en que termina
la Guerra Civil, hasta 1959 cuando se aprueba
el plan nacional de Estabilización y
que daría inicio al segundo periodo que se extendió desde entonces hasta la muerte
de Franco en 1975. Este segundo periodo estuvo marcado por una mayor apertura
comercial al exterior y un fortalecimiento del desarrollo.
Algunos autores
cierran esta primera etapa a mediados de 1950 y abren un nuevo periodo bisagra
desde entonces hasta el 1959, durante el cual la producción inicia una
recuperación y el aislamiento de la economía ya no es tan extremo, aunque
continúen los desequilibrios económicos y el fuerte intervencionismo.
La primera etapa
autárquica, durante los años cuarenta, se caracteriza por una gran depresión de
la producción, la escasez de todo tipo de bienes y la interrupción del proceso
de modernización y crecimiento iniciado en algunos ámbitos durante la Segunda República. En el ámbito
internacional destaca el proteccionismo comercial y financiero adoptado por los
países europeos durante la guerra mundial y en los primeros años de la
posguerra, así como el aislamiento impuesto a España por razones políticas.
Estos factores, junto a los daños producidos en la guerra civil, fueron los
principales factores determinantes de los efectos negativos producidos en la
economía española. Sin embargo, los débiles resultados de este periodo no se
explican adecuadamente sin tener en cuenta como elemento fundamental lapolítica económica del gobierno, inspirada
en unas aspiraciones autárquicas y un talante intervencionista extremo.2 En
el periodo autárquico se llevaron hasta el extremo algunas tendencias proteccionistas
e intervencionistas que se habían ido manifestando en la economía española
desde el final del siglo XIX y durante el que las autoridades
del gobierno franquista siguieron los planteamientos propuestos en los países
totalitarios de Europa (Alemania e Italia)
durante los años treinta. Las actuaciones estatales se expresaron en un
desplazamiento de la iniciativa privada por las regulaciones públicas, un
proceso de inversiones públicas concentradas en la industria financiadas por
vías inflacionistas, una rígida reglamentación de las relaciones laborales, la
proliferación de controles de precios y una fuerte sobrevaloración del tipo de
cambio de la peseta, apoyada en una conjunto de normas de controles cambiarios.
Segunda República Española
La Segunda
República Española fue el régimen político democrático que existió en España
entre el 14 de abril de 1931, fecha de su proclamación, en sustitución de la
monarquía de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha del final de la
guerra civil, que dio paso al régimen franquista. El numeral «segunda» obedece
a la necesidad de distinguirlo del anterior período republicano, la Primera
República Española (1873-1874).
Tras el período
del Gobierno Provisional (abril-diciembre de 1931), durante el cual se aprobó
la Constitución de 1931 y se iniciaron las primeras reformas, la historia de la
Segunda República Española «en paz» (1931-1936) suele dividirse en tres etapas.
Un primer bienio (1931-1933) durante el cual la coalición
republicano-socialista presidida por Manuel Azaña llevó a cabo diversas
reformas que pretendían modernizar el país. Un segundo bienio (1933-1935),
llamado por las izquierdas bienio negro, durante el cual gobernó el Partido
Republicano Radical de Alejandro Lerroux, apoyado desde el parlamento por la
derecha católica de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), que
pretendió «rectificar» las reformas del primer bienio. Durante este bienio se
produjo el acontecimiento más grave del período: la insurrección anarquista y
socialistaconocida como Revolución de 1934, que en Asturias se convirtió en una
auténtica revolución social, y que finalmente fue sofocada por el gobierno con
la intervención del ejército. La tercera etapa viene marcada por el triunfo de
la coalición de izquierdas conocida con el nombre de Frente Popular en las elecciones
generales de 1936, y que sólo pudo gobernar en paz durante cinco meses a causa
del golpe de Estado del 17 y 18 de julio promovido por una parte del ejército
que desembocó en la Guerra Civil Española.
Durante la
Segunda República Española en guerra (1936-1939) se sucedieron tres gobiernos:
el presidido por el republicano de izquierda José Giral, aunque durante su
corto mandato (de julio a septiembre de 1936) el poder real estuvo en manos de
los cientos de comités que se formaron cuando estalló la revolución social
española de 1936; el siguiente gobierno fue presidido por el socialista
Francisco Largo Caballero, el líder de uno de los dos sindicatos —la Unión
General de Trabajadores (UGT); junto con la Confederación Nacional del Trabajo
(CNT)— que habían protagonizado la revolución; y el tercer gobierno fue
presidido por el también socialista Juan Negrín, como consecuencia de la caída
de Largo Caballero tras las Jornadas de Mayo, y que gobernó hasta principios de
marzo de 1939, cuando se produjo el golpe de estado del coronel Casado que puso
fin a la resistencia republicana, dando paso a la victoria del bando sublevado
encabezado por el general Franco. A partir de entonces la República dejó de
existir en territorio español, pero sus instituciones se mantuvieron en el
exilio, pues la mayoría de sus miembros había huido de España.
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